La corola de tus virtuosos
capullitos,
con mis labios roso.
Mancillados quedan con la humedad
del aliento.
A merced de sus encantos,
los deseos fallecen.
Los besos míos exploran cada rincón,
de tu ambicionado cuerpo.
Sin loa ninguno queda.
Buscando la frontera del agua glorificada.
Fatigado muero.
Mi sombra en tu sombra penetra.
Cataratas de ardiente lava,
con lujuria embriagadora,
ese nicho seductor salpican.
Tus querencias de placer tiemblan,
luces de colores estallan.
Nuestras agitadas respiraciones
de sosegarse tratan.
Exhaustos gozamos el sutil encanto,
de nuestra paradisíaca
entrega.
bamam