Una mirada que invita
A recorrer su camino
Internarme en el bosque
De un amor desconocido.
Dueña de su razón
Que congela mis sentidos
Dejándome sin reacción
Ante el beso recibido.
Una flor carmesí
Era la única testigo
De las ganas por tocarla
Esperando algún motivo.
Me deshago al oírla
Sea mía yo le pido
Cláveme esos puñales
De su amor y su cariño.
Señora guarra, la quiero
Y por ende le suplico
Que no juegue con mi amor
Si no es correspondido.