David Arthur

Reproches Mudos

El cuadro pintado por propio pincel

 

 

Las nieblas curiosas de otoño

envuelven los torreones del castillo

nuestro refugio de rumores crueles

entrelazándose por los chismosos viñedos

 

Tu faz, una vez un espejo de sinceridad,

lleva la máscara de mirada de soslaya,

tus reproches mudos enfrían mi corazón

y resuenan en voz alta por mis heridos sentidos

 

Mis brazos, con miedo de ser regañados,

no preguntan nada

el deseo de abrazarte

permanece un deseo

 

Un adiós de palabras despreciativas

queda desnudo y privado de hablar,

se estremece en labios teblorosos

antes de ahogarse en lágrimas amagas de rencor