Hector Adolfo Campa

Braza de loco y suspiros de cuerdo.

Mi cuerpo de plomo y ceniza

Converge en cera sobre tu piel.

Con las alas heridas de tu ser,

Envuelvo mi alma cubierta de hiel.

 

Entre la luz, el candor y el placer

Parto de mis puertos para surcar tus aguas,

Para abordar tus buques,

Para naufragarte, perderme en tu oleaje.

Curto los cuartos vacíos de mis carnes,

Para coser con ellos tu abrazo,

Para no flagelarme al tocarte,

Para que me rompas en cachos,

Te hagas conmigo un ceñido traje.

Pacto los actos de mis descabelladas

Ánimas de amarte,

Para que no falten besos en tus pechos,

Para que se erice el alma delirante

De tu fugaz pasaje de amor;

Para tu ojo de jade que tiembla en temor.

Tacto en el acto de nuestro encuentro,

Para que se labren las pieles secas

De tu solitario ser,

 

Sobre ti me caigo a chorros,

Derretido por la colada ardiendo

De tus infiernos, y mis huesos

De tronco seco.

Ardo, hoy ante ti me parto y ardo,

En un momento,

braza de loco y suspiros de cuerdo.