Y en qué lugar del alma hay espacio para los momentos furtivos? Acaso ocultos sin hacer ruido o libres con el viento que les deja ser? Esas miradas que por miedo se intentan ver con reflejo de una luz tenue, y más sin embargo imposible es ocultar que alumbran con la fuerza de un farol... En qué lugar del alma caben esos momentos que acechan silenciosos en la mente? Los mismos que dibujan repetidas veces la fragancia de un instante en el que al tenerle tan cerca, fácil fue imaginar el sonido de su respiración. En qué lugar del alma pueden aguardar los momentos que no existen, pero que inquietos invitan a mirar por una ventana que aterra y simultáneamente da la serenidad que al conseguir asomarse se podrá descubrir de qué color es ese lugarcito del alma donde pueden guardarse esos momentos furtivos sin que tenga importancia el hecho de haberlos vivido tan solo una vez...