Si caminas con sigilo
de inmediato te perfilo
viendo tu audacia.
Tu proceder tan tranquilo
va dejando el alma en vilo
en la desgracia.
Tú, despiadado enemigo
has mantenido por siglos
gran acechanza.
Saurio de pocos amigos
el río ha sido testigo
de tus matanzas.
Aprovechas el descuido
de tantos desprevenidos
que hacia ti avanzan.
Tus dientes de agudo filo
son los mortales cuchillos
con los que atacas.
Por eso eres cocodrilo
uno de los más temidos
entre la fauna.
Te sientes rey en el río
mostrando tu poderío
de inmensa fama.
Porque tu instinto bravío
impone tu señorío
en cada hazaña.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela