La luna se ha dormido
y aun te quiero.
¿Por qué aún me brota tu olor
del socavado tiempo?
- Si la lejanía de tu puerto
ha dejado malherido y muerto
a este cuerpo, que se pierde
en tu recuerdo.
No quisiera esa tristeza.
Quisiera la fiesta de tu risa,
de tu augurio, tu pasión,
o del amor que se precisa…
Sí, lo sé...
Yo soy pasado y tú, quimeras.
O algo que mi presente pretendiera.
Mi terca mente se pierde,
y entre tropiezos silenciosos,
te pienso con espanto:
Buscando tus ojos,
besando tus manos.
No quisiera, pero me acuerdo…
Y muerdo la lengua por ti.
Muerdo los labios por ti.
clamando, a la vez,
por la voz del olvido.
Ya huérfanos se han vuelto
los rincones de mis ojos.
-Tan solo me besa la impaciencia.
Tal vez deje que se duerma
la niña que canta en mí,
y ahogue la inocencia…
Pues ella perdió su maleta de sueños
en tu laberinto de otoño
y de ausencias.
(Socorro Maria Lopes)