Hoy es el primer día que no vas a escribir,
obligarás a tu mente a lo que hiciste hasta hace unos meses atrás:
Esperar, Pensar, Imaginar, Soñar y sentir
que la vida es posible de alguna manera sin mirar hacia atrás.
La aceleración de mis latidos, el impulso que dieron a los tuyos,
de sublime silencio en el fluido espacial,
rebalsó las capacidades de transmitirnos
convirtiendo en tortura la espera por una nueva señal.
Hoy, primer día de silencio que pidió tu mente,
como nunca mis brazos se agigantarán a cada minuto
como robles alimentados por la poderosa savia de mis sentidos,
y tratarán de traerte aquí a mi lado y sacarme el frío.
Los días previos, cúmulos de dudas y deseos,
preguntas sin respuestas,
respuestas inconclusas en el éter,
tejieron la madeja del rubor en tus mejillas,
y la mueca tierna en el monitor plano, mudo, ausente.
Primer día de este silencio cuasi consensuado,
serena espera,
de escrituras rabiosas vacío quedará el día,
con fuegos ahogados, quedará el bosque veinticuatro horas,
en marea sin olas, el océano convertirá su ritmo.
Primer silencio,
quizás la fantasía se prolongará un tiempo
esta espera que nació en la espera,
y nos desespera.