conozco espejos rotos que no han sido maldición,
sueños que han comenzado al fin,
carcajadas tiernas y sonrisas siniestras,
he soñado miserias abundantes,
ríos llenos de llanto regando campos,
balas llenas de índices económicos,
conciencias inexistentes,
canciones mudas de sentimientos
un susurro en la oreja,
una caricia que no se deja,
sangre no donada sino derramada,
un nacimiento a deshora,
una lagrima en los labios de una anciana,
soledad, angustias,
publicitadas y consumidas
a destajos por ignorantes sabios,
llenos de envidia de la nada,
manos vacías llenas de ternura ignoradas,
labios sobre parpados cerrados,
caracoles lentos retozando en verdes hojas,
lluvias sobres sonrisas libertarias y botellas dictando besos.