Desde ahora, ¡amada mía!
Te has vuelto realidad bajo la sombra
A plenitud y sin medida
De tus facciones, tu belleza palpo
De tus mejillas, la palidez arrastró
Y
De tu alma, si, de tu alma
¡Bella niña!
De tu alma, ¡blanca y callada!
Tu candidez conozco
¡Dulce néctar que de flor emanas !
¡No huyas!
¡No te ocultes !
¡Avidez eterna! ¡Paloma de fuego !
Desconoces linda
La insaciable sed del enamorado
La avidez de sus desvelos
E ilucidéz perenne de sus deseos
* Imagen tomada del muro de Islam Gamal.
Luz Marina Méndez Carrillo/Derechos de autor reservados.