CrisRod

Vendedora ambulante.

 

Con esperanza tus ojos ven el amanecer mientras empiezas a deambular por las calles, tal vez hoy será un buen día. El canasto que llevas en la cabeza se balancea entre los sueños y la realidad palpable que te llevo a recorrer los caminos en busca del sustento.


El sol te abraza con una calidez que te tuesta y oscurece la piel de tu ser, endurecidos de andar por la descalcez, tus pies que han dejado huella y han mellado las avenidas y aceras por dónde has estado.


Tu voz pregona los productos que llevas, haciendo eco en los corazones adormilados por el tedio de la rutina. La ciudad se despierta con tu deambular y se duerme cuando llegas a lo que llamas hogar.


Antes de dormir haces cuentas de los trueques que hiciste, por lo menos tus hijos comerán hoy. Mañana recorrerás las calles nuevamente en busca de la esquiva fortuna, despertando con tu pregón a la ciudad inconsciente y moviendo el reloj al ritmo de tu marchar.