Mi alma es una caja
donde guardo sentimientos,
emociones, pensamientos,
ilusiones y frustraciones.
Esta necesita alimentarse de amor,
igual que nuestro cuerpo de comida.
Nuestro espíritu enferma y se apaga
cuando nos falta cariño.
El desamor y la soledad extrema
son espadas que se clavan en ella
y originan enormes llagas
sangrantes y dolorosas
que se curan con buenas dosis de amor.
Mantengamos unas relaciones cariñosas
con nuestro amado, familia y amigos
para ir llenándola
de vasos de dicha.
Me gustaría que fuese inmortal
y que después de muerta
se uniera con los seres queridos fallecidos y perdidos.
Es muy triste pensar que después de fallecer
sea solo polvo enterrado bajo tierra.
Ahora estoy escribiendo un poema
con la voz de mi alma
que añora amor.