Cuántas veces te he dicho
que lo nuestro no puede ser,
cuántas veces
rompemos el silencio,
cuántas alegrías hemos pasado,
cuántos fracasos tendremos.
Pero he aquí, estamos nuevamente...
tal vez sin quererlo,
unidos y entrelazados
a un amor prohibido.
No eres tú, no soy yo,
son nuestros corazones,
nuestros sueños e ilusiones,
es nuestra piel,
frágil condena de lo que no puede ser.
No eres tú,
no soy yo,
es el aire que respiramos,
es el calor en el desierto,
es el invierno en la soledad,
es la caricia rebelde de tu andar sin hogar,
es mi caricia rebelde del egoísmo posesivo,
es el encuentro fugitivo,
son nuestras escapadas de la soledad,
son nuestras caricias que no se hacen esperar,
son nuestras voces que se unen en un grito...
libertad,
tal deseo esquivo
que no logra llegar,
no eres tú, no soy yo,
es el deseo,
es la pasión,
es la esperanza
de fundir nuestro amor
por la eternidad.