Jardín, rincón de radiante verdura.
Donde el sol acaricia con cálidos fulgores,
se puede sentir los suaves olores,
de rosas, dalias, jasmínes con sutil frescura.
Un limonario cargado de frutos
adornado de blanquísimas flores,
entonan canciones los ruiseñores,
felices, melodía suave, tierna y pura.
En ese paisaje de frágil hermosura
escucho el sonido de una fuente que canta,
su diamante de agua, con sus brillos que encanta
me embarga de paz y mi tristeza espanta.