Que hermoso es ser madre,
no hay nada comparado a ello,
ni el amor a nuestros padres,
ni la dulzura del `primer beso,
ni el escuchar de unos labios
por primera vez te quiero,
ni siquiera comparar se puede
al amor primero.
Sentir una nueva vida
que reclama sus derechos
palpitando en tus entrañas
día a día hasta el \"gran momento\".
Por fin al oír su llanto
no crees que sea realmente cierto
y viendo su carita te dices
¡cómo he podido hacer yo esto!
Lo tomas en tus brazos
y lo llenas de besos
sintiendo una gran felicidad
y un sin fin de miedos.
Piensas que de ti depende
la vida de aquel pequeño...
y una fuerza sobrenatural
nace contigo desde aquel momento.
Serás capaz de afrontar
las adversidades del tiempo,
lucharás con uñas y dientes
si fuera necesario para defenderlo.
Fina