Con camisa de flores abordé la goleta,
Surqué Orinoco arriba al cajón del Arauca y del Meta,
Bajo un árbol me senté en banco de una placeta
Soñando encontrar la razón de mi vida completa.
Probé de cocinero miles de recetas,
Vestí de militar descargando metralletas,
De amante con mujeres que quedaban satisfechas
Pero amores ninguno y seguí con alma desecha.
Con sombrero de pintor unté varias paletas,
Sembré mil nacimientos de flores en macetas,
El verbo prodigué y armé mis cantaletas
La música se divorció de mi arpa incompleta.
Cabalgué potros en pantalón y camiseta
Pero todo era vacío en mi corazón de tristeza,
Cuando escribía mi testamento de la a hasta la zeta,
Descubrí lo que era y me volví poeta.