Para algunos
la vida es como una flor
nace radiante, hermosa llena de luz
pero luego de primaveras e inviernos, otoños y verano
esta luz queda expuesta a las experiencias.
Las experiencias que como una mano inquieta
poco a poco la va deshojando,
corrompe el alma, la desorienta, se mancha,
las experiencias endurecen al corazón
con cada intento fallido, enojo y decepción
con cada miedo, tristeza y lágrimas.
Se van perdiendo la fe y las esperanzas,
Inevitablemente va desapareciendo la inocencia
Nos hundimos en silencio, nostalgia y soledad
luego de varios intentos en busca de plenitud y felicidad
nos damos cuenta que no nacimos para vivir este bienestar.
Somos frágiles, tan vulnerables a caer mil veces,
nos sumergimos livianos en la exquisita soledad
tan fácil de encontrar en nuestro interior, pegada, tatuada e inmóvil
el dulce amargo de nuestra vida, el néctar de nuestro ser,
sin embargo, la tratamos de olvidar y volvemos a intentar
una vez y otra más ,conseguir eso que llamamos felicidad.
Y en mi soledad, viva y eterna
Mi compañera de letras, poesía y desvelos
Me tropiezo con un amor libre, transparente, desnudo
Que se fusiona en mi ser con la soledad que me habita
Es la función y el resultado de cada intento,
de mis experiencias, de este poema
Así que me levanto
para ver otro amanecer
para degustar -mientras dura- el amor
para ser libre, volar y luego volver a caer
para vivir, escribir y aprender
...