Te vi en la esquina parado,
con una flor en la mano,
parecías un adolescente,
totalmente... emocionado.
Me acerqué lentamente,
mis piernas estaban temblando,
parecía un imposible,
el encuentro... tan anhelado.
Un abrazo apretado,
mil palabras silenciadas,
las que escribimos en versos,
mudas.....se quedaron.
Solo los ojos hablaban,
y las manos apretaban,
estos dos cuerpos sedientos,
unidos... por soledad.
Despacito nos separamos,
sin dejar de mirarnos,
las manos entrelazadas,
nos fuimos...caminando.
Cuando nos toca el amor,
de esta manera tan fuerte,
no hay distancia que separe,
lo nuestro...es diferente.
MARÍA HODUNOK.