A las seis de la tarde
cuando el gris del cielo
apagaba los brillos del sol,
me asomé a la ventana y vi tu rostro.
Caminabas alrededor de los árboles
tus versos hacían círculos
y se espiralizaban hasta el cielo
dejando brillos en las palmas de
mis manos.
Te vi en las hierbas y en la brisa
escuché tu voz en la llovizna que empezaba ,
te vi en los misterios de esta tarde
te vi en los aleteos que volvían al nido.
Esta humana costumbre de verte en todo
en lo cercano y lo lejano.
Aún en el todo de la nada.
Esta tarde desde mi ventana …yo te vi.