En la noche lúgubre y tenebrosa,
cuando voy con la luna a mi espalda,
ella, no tiene prendido aquel lucero,
nadie quiere dar luz para mi alma...
me detengo…se detiene…le pregunto
¡LUNA...POR.QUÉ SIGUES MIS PASOS!
no ves que mi corazón agoniza
y voy de prisa,
todo en mí son tinieblas
y tú no ya no me prestas lumbre,
tampoco tengo un sol que me alumbre
y mi corazón de frío tiembla.
Ya no tengo consuelo en mi quebranto,
mis ojos anegados, vierten llanto...
tuve un amor que quise tanto
y hoy me deja sumergida en desencanto.
Felina.