Allá va el hombre solitario
bajando por la rivera del río
cree haber bajado de la luna
sueña con ser polvo de estrellas
El amor le jugó a la inversa
tirando unas cartas obscuras
encubiertas bajo el sol y los astros
condenándolo a vivir sin clemencia
Camina sin tregua el hombre solitario
carga sus miradas siempre al horizonte,
limites de soles ocultos en sus pupilas
dilatados en los crepúsculos, pletóricos
de angustias retenidas en el tiempo.
Sigue el hombre callado su ruta de vida
con el silencio que palidecen atardeceres,
reclama al cielo el propósito de la vida
palabras mudas tragadas solo por el viento.
©Emig Paz