Mientras observamos llegar la aurora
caminamos, por hermosa playa desierta.
Recosté tu cuerpo en la arena
invitación al delirante goce del alma.
Besé con pasión tu boca,
descendí hasta los montes surgentes
tomé entre mis manos rosas palpitantes
arde la flama; ardiente pasión que se enciende.
Gaviotas trasnochadoras anuncian
que la aurora se acerca,
las olas desbordan silenciosas
no deseando romper la magia del instante.
En tus manos se cobija el delirio de tus ansias
Tu rostro sonrojado, la luna se esconde,
el fuego palpitando, tus labios se humedecen.
Una ola rompe el silencio
anunciando que la aurora ha partido.
efímeros momentos. La playa convulsiona;
risas, gritos, bullicio de niños!
Una carcajada, nos unimos resignados
a la algarabía que la playa provoca.
Adiós playa solitaria..,
atiborrada de gente ¡!.
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Florentino Novoa Saavedra.