Estaba la niña en su rincón del mundo,
llena de tedio y de nostalgia llena;
con su alma especulando al mundo,
sin conseguir una consciencia plena.
De sueños extraños se veía poblada,
la indiferencia consumía su tiempo,
nada la hacia llorar ni nada la alegraba,
sola consumíase detenida en el tiempo.
Pero llegué con mi tropel de risas,
mi juventud y mi guitarra al hombro;
y removí de su alma las cenizas,
haciendo brotar el fuego de su asombro.
Rasgueando mi guitarra con dulzura,
llené su ambiente de nuevos sonidos,
e hice brotar en su alma la ternura,
con mi canción vibrando en sus oídos.
Y amó la niña a este bohemio alegre:
Ähora estoy contenta¨ Ella sonriendo dice;
y del saber mundano yo alivié su fiebre,
pero mas que nada muy feliz la hice.
Y aquella niña que de tedio llena,
consumíase en su rincón, callada,
ahora vive una existencia plena,
de este alegre bohemio enamorada.
Y este bohemio que vagaba inquieto,
de un mundo a otro mundo de ilusiones,
se quedó en un rincón del universo
cantándole a una niña sus canciones.
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Fín