Raúl Daniel

La calle se asemeja a un laberinto (Espejo 38)

 

La calle se asemeja a un laberinto,

vaya a donde vaya

no llego a ningún sitio;

se disgregan mis pensamientos

atendiendo al instinto de caminar...

 

Otra vez solo conmigo mismo,

y ni siquiera hay profundidad

en donde naufragar...

el mundo entero es un asilo

donde deambula mi orfandad.

 

Una hoja afilada me invita al suicidio,

a dejar para siempre de llorar...

un poco de agua tibia

lo hará sufrible...

y, el resto, esperar...

me dormiría lentamente

para no despertar jamás.

 

Tal vez lo haga otro día...

pero, por hoy, aguantaré un poco más.