Muchas veces, especialmente por las noches
Cuando quedo sola con mi pluma y cuaderno
Comienzo mi vuelo diario, me zambullo a la deriva,
fluyendo en versos, hacía horizontes de improntas
decidida a atrapar emociones,
no importa si al devenir de sentires, trae sollozos involuntarios
Sé que corro peligro, pero me entrego dócilmente, felizmente…
Sabiendo que puedo caer en laberintos donde no hay lugar para la razón,
Solo puedo poner el corazón a este vuelo,
a contra mano, donde no corre el tiempo y nada se hace lejano.
Puedo alcanzar del arpa su tonada,
y con mis entrañables muertos, volver a ver sus miradas.
Puedo caer en océanos abismales,
anclada para siempre en olvidos…
Pero como no corre el tiempo, tampoco existen los para siempre.
Siento el llamado de tu voz que se mete en mis pesares,
quedo envuelta en ensueños, tu voz, cuan sirena,
encanta mis pensamientos.
En mi letanía llego a vislumbrar que lejos viene asomando el sol,
tomo el timón, inconsciente, endiablada y viro hacia el ocaso.
Es como partir hacia Ítaca, y ser capitán de mi barca.
Llega el fin de esta armonía tentadora, tan intensa como demente.
Hecho anclas en mi casa, tomo mi pluma apurada,
por si el olvido aparece…
Siento un murmullo, es mi musa la rebelde,
que tranquiliza mi corazón, e ilumina mi mente.
Presiento su dulce calma
tomo mi pluma e incrusto,
un bello vuelo del alma.
MIRIADAS