alicia perez hernandez

A mi poeta… que hizo camino al andar

A mi poeta… que hizo camino al andar

 

Honro tu nombre… mi poeta amado

bendigo los pasos que te faltaron por andar,

las sombras que  te olvidaron,

Y los recuerdos que enmudecen en tu calle,

los vasos, se quedaron vacíos de tus labios.

Y la camisa, se quedó sin estrenar,

colgada, en el perchero del olvido.

La silla te nombra muy quedo,

como un susurro de la dependencia,

de tu presencia…

No habrá más noches, en tus noches,

de soledad y llanto.

La toalla espera por tu cuerpo,

creyendo que volverá, a rozar tu piel en ella.

La luna llora su poeta favorito.

Granada... sigue de luto,

en las calles, se escuchan sus poemas,

Como letanías, a un poeta que no se olvida.

Hizo camino al andar…

Dejando sus poemas y prosas,

de amor y desamor

de tristeza y de alegría

de denuncia en contra de las

arbitrariedades  gubernamentales,

del clero, opresión a los pobres.

Así era él, sencillo, sin más etiquetas,

que vivir con su filosofía de la vida.

Lleno de recuerdos tristes,

obsesivo de un pasado, que no lo hizo feliz,

vacío de abrazos y de besos,

de una mirada profunda…

de andar pausado,

analizando el tiempo que le quedaba por vivir.

Coqueto, fácil de amar,

enamoraba con su poesía,

como todo poeta, que le escribe al amor,

así era él, con una vida, que no le sabia, vivir,

y un buen día, no volvió, a contar sus penas.

La calle quedó vacía, de su figura peregrina,

de sus pasos, contados, hasta su mesa,

donde tomaba su café y, leía el periódico,

Y se inspiraba a escribirme sus poemas de amor,

En la heladería de Eva, su ex alumna,

Único camino que lo llevaba y, traía a casa

Pero ese día, callaron sus pisadas,

y todo Úbeda  pareció extrañar,

los pasos del solitario poeta.

-A quien sigo amando y extraño -

 

 

Alicia Pérez Hernández… México

-No es la pluma la que escribe es el alma-

Todos los derechos reservados©

 

Meditaciones al alba  

                                              

Viví un ayer, más tarde seré tierra,

ahora un andante, luego seré humo,

ambiciones  no tuve ni presumo

ante el por-venir que ya se me cierra.

 

Luchando he contra mi Yo inútil guerra,

defendiéndome con peligro sumo,

estando solo, que ahora me consumo -no estando ali-

desde mi cuerpo que es el que me entierra.

 

Se fue el ayer, el después no llegando,

el hoy es y será siempre en movimiento,

hasta que el vivir sea despeñado...

 

Se irán las horas, el día, el momento,

se me irá mi diario estar, mi cuidado,

que a mi existir no le harán monumento.

 

-¿Me recordaras Alicia, con este amor que es tuyo?-

 

-Salgomanzano- Salvador 26 -4- 10- Granada Esp-