Yo te amaré mientras viva.
Antes de mi último aliento,
beberé por ti, del viento
de tu amor, que me cautiva.
Por naturaleza altiva,
jamás de mi amor te cuento.
Digo: No te quiero. Y miento,
soy altanera y esquiva.
Es, porque aquella mañana
cuando te vi por la calle,
con la mujer casquivana
que abrazabas por el talle,
juré que en tu vida vana
yo no sería un detalle.
Yo no puedo perdonarte,
tampoco puedo olvidarte.