Contemplando la belleza
De ese lago que soñé,
A la vera de sus aguas
Se acercó el niño aquel
Con esa paz de los hombres
Alejados de ciudad,
Me contó cómo vivía
Muy cerca de ese lugar.
Me habló que pasó de año
De sus hermanos también,
Y de esa humildad infinita
Con su mirada al caer.
De ese dolor que lo aqueja
Que no es atendido bien,
Que dura solo un momento
Pero después pasa también.
Preguntó si me quedaba
Un rato más por allí,
Retornó para su hogar
Antes de que me pueda ir.
Volvió con unos dibujos
De pájaros del lugar,
Lo había hecho en su casa
Y a mí , los quería dar.
Conmovido por su gesto
Mis lágrimas empañaron,
Aquel momento tan bello
Que Dios me había otorgado.
Saque mis dos lapiceras
Sellando ese intercambio,
Que alimentó mi vida
Gracias al Niño del Lago.