juan sarmiento buelvas

TRANQUILA Y TRAICIONERA.

 

Esperándola

cauto y sin ansiedad en el ocaso de mi existencia,

donde el ímpetu de una lejana juventud,

dio paso a la sapiencia,

y con  el sol a  mis  espaldas. 

                  

Proyecto una  larga  sombra de gastado fantasma  

sobre la superficie de mi atardecer.

 

desconcertado,

mas no resignado,

la veo acercarse

en su mezquina pretensión de  reclamar                       

lo que queda,  

de lo que en primavera fue,

verde Sarmiento en rama de la vid,

que sintetizó la luz y los nutrientes,

en frescas uvas concebidas 

con  polen de  fertilidad,

colocado en el vientre de una flor fecunda.

 

brotó el misterio del amor,

la creación de una vida.

que también dio Sarmientos

para la cosecha de la siguiente primavera

 

Ella,

fría y calculadora

Esperando en su acostumbrada tranquilidad,

y sintiéndose,

piedad para un alma moribunda,

está tan segura de su victoria,

que me permitió,

toda una vida de ventaja,

Y yo en mi pretensión de inmortalidad

al perpetuar la estirpe,

para la siguiente vendimia

tengo la certeza,

de que sembré

y fermenté el vino,

que se añejará en toneles de vida

mientras espero al enemigo,

enemigo que me acecha

y espero con resignación 

La muerte.