Sebastián Lopera C.

INOCENCIA

 

I

Vuelvo a mí al cruzarme en tu mirada;

Esa de viejas ilusiones

Cuyas pupilas anchas bailaban

Al son de un beso infantil.

Aquellos ojos de miel labrada

Escondidos entre sonrojos de manzanos

Undívagos luceros 

Diáfanos

Febriles

Como el sol cálido de verano.

De aquellos ojos de arreboles vespertinos

Un día fue presa mi inocencia;

Niñez vívida de audaces aventuras

Trincada por la sospecha de amor.

Y es que remedio alguno no hubo

A tan dulce encanto hallado en sus ojos

De mí; sólo sed a su infinito rio

Y naufrago perdido en su cauce de verdad.

¡Ah y ese primer beso!

Ese que nos hizo abrir las pupilas al mundo

Y bailar al son de la inocencia…

No había entonces fantasmas al acecho

Y éramos nosotros una mejor versión

De nuestro presente.

 

¡Qué sueños infantiles habrán sido más maduros

Que aquellas ganas de perdernos juntos

Y juntas: las manos

Fue el mundo una promesa razonable!

 

II

Tiempo verdugo tiempo

Tiempo siniestro tiempo

Tiempo agostador tiempo

Tiempo mortal tiempo.

 

III

Vuelvo en mí al cruzarme en tu mirada;

Vuelvo a ser aquel infante obnubilado

Por la dulce y sacra miel que emana de tus ojos

Y vuelvo en lo absurdo

A soñarnos juntos y juntas: las manos.