domingo tavarone

hay un zorzal

hay un zorzal, casi es primavera,

que puede ver el alba más allá del horizonte

y canta

 

hay una ráfaga que sacude

la enredadera contra la ventana

 

hay unas hojas secas

que el viento remueve sobre las tejas

 

hay un tren lejano

que la noche trae hasta mi cuarto

 

hay una imagen, ésa,

que se detiene ante mis ojos insomnes

 

hay un rostro de ayer, ése,

que me sonríe como en un presente quieto

 

hay una frase sin sentido

que repito incesante hasta el agobio

 

hay un fragmento de melodía

que entono en círculo una vez y otra

 

 

 

alguien  tose

alguien camina rápido

alguien cierra una puerta

alguien acelera un motor

alguien pasa en silencio

alguien saluda a alguien

 

 

 

un hierro frío se clava en mi rodilla

mi oído se detiene en sus golpes de sangre

descubro mi respiración agitada

un alfiler de fuego aprieta mi pecho

mi cuerpo entero transpira

mantengo cerrados aunque despiertos mis ojos

 

 

 

para que la noche no se transforme en día

antes que el día suceda como es ley a la noche