Todos los días en este mundo nacen
mil millones de seres,
los hay de todo pelaje y pareceres,
unos, humanos, son hombres y mujeres,
vagando van por el mundo mientras pacen,
de pinta angelicales,
pero son animales
aunque ellos se autoproclamen racionales.
Gente hay que en nada cree y otra que reza
¡y muchos que bostezan!
pululan y/o tropiezan,
de salto en salto por la naturaleza.
Y así es que surgen los cardos y las flores,
los odios y te quieros,
los sueños de colores,
las bulas y los fueros,
igual que las alabanzas y reproches,
la luz, la oscuridad, los dias y las noches.
Nacen las florecillas
las aves y sus cantos,
la escarcha que va a las cosas más sencillas
cubriendo con su manto
a el dios que hace creer.
Mas ¿dónde hay que nacer?
¿y quién elige el lugar, quién la matrona,
si su madre virgen ha de ser o puta
de mente disoluta
y si ésta ha de ser fea o ha de ser mona?
Si su cuna rica ha de ser o indigente
por mor del dios clemente.
Tal es asi que nacemos y morimos
y en el mundo seguimos
y un sueño perseguimos
¡que nazca ya el siguiente!
Nacen los musulmanes
y también los cristianos
y los vegetarianos
y en la aurora boreal los bosquimanos.
Nacer aquí o allá solo es un accidente
y apropiarse del azar nunca hay derecho.
piensa bien, amigo mio y no saques pecho,
pues que para presumir tu nada has hecho
pudiste igual nacer aquí o en el oriente.