jaime salazar zuloeta

Y DUELE TANTO EL DESAMOR

Aprendí a la mala ,y sin querer,

a jugar con el dolor

de ser humano.

Pude hurgar en la miseria

y lloré muy triste

con ella.

 

Duele, y mucho, la inconciencia

del desasido funcionario que

mira indiferente,

aún cuando la muerte

ríe acompañando al recurrente.

 

Duele tanto la falta de amor

de los que pueden ( pero no quieren)

resolver problemas.

Ellos traman solamente sus temas,

les importamos poco por Dios!!!!

 

Viven los que toman inhumanas decisiones

en cerradas, subterráneas, cofradías.

Allí discuten sus propias conveniencias

reina, de hecho, su propia displicencia

con todo lo que huela y suene a miseria,

¿qué puede importarle a ellos

el ajeno dolor???

 

Ah!…pero como todo tiene,

para el burócrata un precio,

sus bolsillos no despreciarán

los pocos centavos que no tiene

el obrero buscando justicia.

 

Es tan breve esta vida,

que sin justicia verdadera,

tanta brevedad pierde sentido.

Por eso me siento confundido,

por el indiferente y elegante funcionario

cuyo único glosario

incluye vuelva usted mañana

y no se nada señora.

Y qué les importa

si desconsolada llora

una mujer golpeada

por el sistema de justicia

cruel que nos tortura.