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Quien es, que su amor no me regala
Que no mira los ojos que la miran
Que camina insinuante con la gala
Soberana de pupilas, que deliran.
Acortando distancias ella entrega,
Su interior, sus vivencias
Apología de la vida su poema,
Indescifrable misterio de su ciencia.
Espacio infinito de regalos, imprescindibles,
Necesarios para el alma.
Te reprocho esa distancia intangible
De mi verso lego y el fruto de tu palma.
De que savia se alimenta tu follaje,
Si la lluvia cae, si lo escribes tú
Donde miran tus ojos el paisaje,
Que el sol sale, si trazas un rayo de su luz
Estela luminosa, al papel vano
Polarizador de palabras lo transformas,
Con la magia de tus sienes y tu mano,
Atrevidas estructuras de las normas.
Que hago intentando deslumbrarte.
Condenando con palabras al silencio,
Que salvaste eternamente con tu arte.
Y yo intento disputarte como un necio.
j.h.