Entre sombras que en noches sin luz se pasean,
busco recuerdos mezclados con restos de olvido;
hay estrellas que apagadas mirando se recrean
hablando entre ellas de todo lo que fue mi ayer,
gritándole al viento que no soy lo que pude ser,
maldiciendo por decir que fui y nunca he sido.
Camino entre extravíos en un sórdido laberinto,
pero no es encontrarte mi más inmediata meta;
me siento idéntico a todos aunque sea distinto,
ya es pública mi soledad desde que tú no estás,
saben hoy de mis tristes realidades y además,
es tan conocida mi identidad que ya es secreta.
Voy solo divagando acerca de mis seguridades,
hay una oscuridad que me alumbra desde lejos,
relucen desde mi alma hoy todas mis verdades
y existen mentiras que por salir a flote luchan,
sordos en el camino que mis lamentos escuchan
y ciegos que me miran reflejado en sus espejos.
Voy pateando las latas que pululan en el cielo,
hay ángeles en el suelo que ya dejaron de reír,
siento que mi piel arde por el calor de un hielo,
hay cosas en la libertad de un ave que me asustan,
presiento hoy que los poemas que más me gustan
son todos aquellos que todavía estoy por escribir.
Hay un sol helado llenando de frío el firmamento,
un mar indeciso que de pronto se decidió a ser río,
no te recuerdo y siempre estás en mi pensamiento,
no soy frío como el sol ni decido cosas como el mar,
sólo camino sin rumbo sin buscarte en ningún lugar
y ahora estoy sudando porque hace demasiado frío.
Me regreso a casa, tal vez me anime y te escriba,
después de todo, sólo como poeta me recuerdas,
es muy posible que en esta soledad de muerte viva,
pero la esperanza de verte de nuevo continúa ahí,
mis brazos sé que se abrirán por si vuelves a mí
aunque luego entre la niebla, ajena te me pierdas.
Poema original de Álvaro Márquez
Nacido en Caracas, Venezuela
Todos los derechos reservados
Correo: [email protected]
Twitter: @poreros
Publicado el 17/12/2014
Imagen: Yo