El cielo está llenito de inocentes,
no sé cuantos habrá ¿quizá un millón?
¿un millón has dicho? Añade a ese montón
un tal Hugo que hoy ha ido, buena gente.
Mas no creas que él era muy corriente,
Presumido, era un tipo muy fardón,
una fuente de amor su corazón
amable, cariñoso, inteligente.
Un tiempo pasó aquí. Fue de repente,
sin ruido tomó el vuelo y se marchó
¡qué bueno era Hugo Hernán y qué decente!
Por mas que he de intentar que esté presente
la vida para siempre se torció,
pues nunca será igual con él ausente.