Albin Lainez
Carretel de las horas
Carretel de las horas en giro, desmadeja un reloj insólito colgado en el aire, para cuando se arribe tal vez libre ya de equipajes y equinoccios. Cada minuto es un minuto menos, con segundos afuera. Digo que cada minuto contiene un largo y penoso hilo de pálido color que conecta efemérides memorables con la más arcaica mediocridad, momentos de genuino deleite con situaciones que a nadie importan y ni vale la pena enumerar. Esto significa la concatenación de cuanto es. Absolutamente todo en el universo se encuentra vinculado, en estrecha relación sincrónica. Y aquel dispositivo que cuelga de muñecas afeadas por las crisis del sistema absolutista, o residen estoicamente sobre mesitas de luz donde el polvo de los recuerdos es rey, no hace otra cosa que dar cuenta del fenómeno referido y que no repetiré por falta de aliento. Pero, lo hasta aquí expuesto resulta tan evidente que causa pavura la falta de percepción de nuestra especie, el fenómeno está ahí ¡frente a quien quiera ver!.
Las horas, como las nubes, son estados de ánimo