Alfredo Daniel Lopez

NOVELA \"EL ADIOS\" PARTE IV \"MAMÁ BENEDICTA LA CUENTA CUENTOS\"

Sobre volando el Atlántico  los minutos se me hacían interminables y mi mente se enfrasco en hacer revivir en mi la infancia y mis raíces, que mi cómoda vida en Barcelona casí me la hacen enterrar.

 

Aún recuerdo con nostalgía esos mis 12 años o algo más, en que sin televisión en casa ni juguetes con que entretenerlos; disfrutábamos sentados en el salón grande donde teníamos tres sofás antiguos y una sencilla mesita de centro, escuchándo cada noche atentamente a mamá Benedicta, cuya figura se vía reflejaba por la tenue luz de la única bombilla de 100 vatios que pendía del cable eléctrico situado en el centro del salón.

 

 Allí ensimismados oíamos las historías que mamá Benedicta nos contaba.

Sentados nosotros en torno suyo, escuchábamos sus particulares \"Mil y una Noches\". Como si de Scherezada se tratase, estaciádos con las historía de \"La vuída negra\", del \"Robaniños\", del \"Muerte Lenta\", nos qudábamos siempre prendados...historias a las que luego para susto nuestro, se le unían narraciones de las almas que deambulaban por la noche en nuestras casas (me refiero a un hecho real que sucedía en toda la urbanización).

 

También tuve tiempo, para recordar con nostalgía mis años en el colegio \"2 de Mayo\", donde estudie toda mi secundaría. Aquel era una Gran Unidad Escolar (G.U.E.) donde converguían alumnos de los diferentes colegios estatales de primaría de todo el Callao.

 

Tenía un prestigío muy grande dentro de los otros colegios del Callao, pero era duro estudiar allí. Habían alumnos de todas las zonas del distrito, muchos de estos alumnos venían de zonas conflíctivas por su alto índice de delincuencia y tráfico de drogas, por lo que en el colegío eran chicos duros y matones.

 

 Desde primero de secundaría, pero con más fuerza desde tercero; imperaba la ley del más fuerte, del matón de clase y a partir de este había un escalafón de \"prestigio o respeto\" del primero al último de los 35 alumnos que tenía la clase. Como es de suponer los \"chancones\" (empollones) éramos los últimos del escalafón. Mucho esfuerzo me costo, algunas broncas me gane, para colocarme un poco más arriba del tercio superior del grupo y así obtener de todos su respeto. No por las pocas peleas que tuve y creo no haber ganado ninguna, sino por la personalidad que ya en mi se perfilaba, y hacía que los demás me vieran \"con cierto respeto\". A tal extremo llegue que en el último año de colegio, que eclosioné como líder del grupo. En el quinto de secundaría fuí presidente de la promoción, representante del consejo escolar de mi colegio ante los otros colegios del Callao. Gane el torneo inter-escolar de ajedrez y represente a mi distrito en el torneo provincial. Para cerrar aquel mi año dorado en los estudios funde la radio del colegio...estaba echo una bala.

 

Pero la crisís y la vida dura aún se cebaba con nosotros, haciendo cada vez más duro nuestro despegue. Ello sin embargo nos hizo más fuertes, mucho más unidos y aprendimos a compartir lo que aún nos hacía falta. Comprendí el valor del bien del grupo por encima del éxito personal, y el valor infinito de un abrazo y un beso sincero, antes que el valor material del regalo más suntuoso.

 

Ya desde entonces mi corazón latía henchido de amor, por mi coqueta amiga Irene; aunque ella solo me viera solo como a un hermano. Un amor de mi primera juventud, que con el paso de los años se trasformo en una más que hermosa amistad.

 

Escuche por los altavoces del avión que ya habíamos entrado en territorio peruano, que los que así lo deseén estén atentos pues en pocos minutos cruzaremos la cordillera de \"Los Andes\" a la altura del monte \"Huascarán\", deje entonces mis recuerdos y divagaciones, me dedique a observar el maravilloso relieve de la cordillera de \"Los Andes\". El \"Huascarán\" es el más alto monte de dicha cordillera. Todo un espectáculo de naturaleza virgén junto con los valles que le preceden antes de llegar a la costa, muy dignos de verse y valorar una de las muchas hermosuras de la tierra que me vio nacer. Tome unas fotos del \"Huascarán \", de los monte aledaños y del callejón de Huaylas, un hermoso valle en medio de las montañas. Por suerte pude hacer las fotos con tranquilidad ya que mi asiento estaba en ventanilla. Siempre pido ventanilla al viajar, así de noche y volando por encima de las nubes, puedo aprecia una bella luna cuando está llena y en ese momento hablar y confesarme con ella.

 

Arribamos puntual al Aeropuerto Internacional \"Jorge Chávez\" de Lima, eran las 17:30 h., me encanta la puntualidad y la exquisitez del servicio de IBERIA. Aquí en Lima estaban en pleno invierno y sentí un escalofrío que me hizo recordar lo que sucede al otro lado del hemisferio donde ahora vivo, tuve que sacar una cazadora y me enfundé en ella.

 

No tenía mucho tiempo, así que antes de pasar el control de aduana, en la zona del Dutty Free, compre una tarjeta SIM para llamar dentro de Lima y las llamadas las cargaban a mi tarjeta de crédito. Llame a mi hermano Martín que era el único que se quedo en Lima de los 5 hermanos, para saber donde dirigirme. Me dijo que todos estaban esperándome en un velatorio cerca del \"Hospital San Juan de Diós\"  del Callao, lugar donde falleció mi tío tres días atrás, que el entierro era el día siguiente a las dos de la tarde.

 

Un beso y una flor.

Alfredo Daniel López.