En un buen día te volveré a ver.
Un día de esos que no se esperan,
de aquellos limpios y bañados de sol,
sonrientes e insospechados.
No se como estaré vestido
¿con el mejor traje?,
¿con la mejor sonrisa?
¿sin cañones grises en la cara?
Ese día
que lo supongo hermoso y sutíl,
quiero verte de lejos, distanciada, con tus cosas.
Se que nunca sentada en el banco de alguna
plaza tampoco ojeando algún libro o escogiendo la
mejor vidriera en algún boulevard.
Te veré seguramente lidiar
con tu cabello inquieto empujando
tus lentes en periodos cortos hacia tu frente,
y si seguramente inquieta mirando tu reloj
apurado siempre.
Me incorporaré a tu lado desde la distancia
y respiraré tu aire al compás de tu corazón.
Besaré tus ojos de nuevo no con mi boca abandonada
pero si con alguna brisa improvisada,
sintiendo tu ternura otra vez.
Ese día que será cualquiera
no divagará ni se oscurecerá,
ese día vivirá por siempre y para siempre,
como tú.
Ese día espero estar bien vestido
sin que lo sepas.