( Amanece. Natalia y Paolo despiertan. Siguen completamente desnudos.Se besan.Vuelven a hacer el amor.Ya son las ocho de la mañana. Se duchan y desayunan juntos.)
--¿Has sido feliz, mi amor?
--Totalmente Paolo,¿y tú?
--Maravillosamente, Natalia.Una noche que no olvidaremos jamás, ¿verdad?
--Nunca he de olvidarla, Paolo. ¿No te enojas si te pido vayas ahora a tu casa? Porque...
--Te entiendo, Natalia. No es necesario... Voy a casa ya. Tengo que hacer unos trámites. Si llega a venir tu marido, que lo hará por supuesto, llámame en cualquier momento que estés liberada. ¿Puede ser así, querida?
--Tenlo por seguro. Lo haré. También yo tengo que hacer una diligencia.
--¿Quieres que te acompañe?
-- No nos precipitemos Paolo. No nos conviene por ahora.Hagamos las cosas con calma. Debo tomar una determinación y lo haré cuanto antes sea posible.Lo que ha pasado entre nosotros, volveremos a repetirlo, pero quiero hacerlo con total liberación. Sin tener que estar a los sobresaltos...Tú me entiendes, ¿verdad?
--Totalmente Natalia. Me despido con un beso. He sido inmensamente feliz.
--También yo. Y ten en cuenta que sigo amándote...
--Como yo a tí...Hasta luego, mi adorada.
--Hasta luego, vida.
(Paolo se va hacia su casa. Natalia se cambia, y sale. Va en busca de su coche, y parte.
Paolo se está cambiando. Hace un llamado telefónico.Sale de su casa.Compra un diario. Retira su auto y se dirige a hacer su diligencia.)
(Natalia entra al Banco. Llega al sector de caja de ahorro. Se queda un buen tiempo en él. Sale del Banco, y continúa en el centro haciendo algunas compras, retornando a su casa. Llega y entra)
--¡Querida!...¡Al fin podemos reencontrarnos!...
--Hola querido. ¿Cómo te ha ido en tu viaje?
--Maravillosamente bien, por suerte... nuestra fábrica está vendiendo metros y metros de telas, para embellecer más la presencia de las mujeres hermosas como mi esposa...veo que estuviste haciendo compras...
--Sí, estuve comprando unas chucherías para nuestros hijos.Pensaba ir a buscarlos para que vuelvan con nosotros, pero preferí postergarlo. Al menos, unos días más, como quedé con mis padres. ¿Piensas ir a verlos?
--Hoy no, Natalia. Mañana.Hoy quiero quedarme con mi mujercita todo el día. Te he extrañado mucho,¿ y tú?
--También.
--Oh,¡qué frialdad! ¿solamente también?. Te noto como preocupada, alejada de mí...¿ te pasa algo?
( Natalia, con mucho énfasis)
--No querido, nada. Pasa que he estado caminando muchas cuadras y estoy un poco cansada.¿ estabas por tomar algo?
--Una copa de champagne,¿ me acompañas?
--Sí. Una copa solamente.
--Voy a buscar la botella y las copas.
(Natalia se levanta y va hacia el espejo. Se pinta los labios y peina sus cabellos)
--Está super helado. Especial para hacer un brindis.
(Natalia observa que su esposo, algo pone dentro de una copa, sin él comentar nada)
-- Señora... su copa... salud...
--Salud...Oh, qué tonta (Se le cae la copa)
--¿Qué has hecho? ¡Qué torpe eres!...
--¿Torpe? ¿Me has dicho torpe? ¿Y tú qué eres?... ¿Qué es lo que le has puesto a mi copa?
--Natalia... ¿ qué es lo que estás diciendo? ¿ puesto?... ¡nada!...
--¡Eres un ladrón!
--¡Natalia! ¿Qué es esto?... me has dicho ladrón...
--¿ Acaso no lo eres? Has retirado doscientos mil pesos del Banco, y no me has comentado absolutamente nada.¿Por qué? Aparte de eso, te he visto poner algo dentro de mi copa. Además de robarme, ¿ quieres envenenarme?...
-- Tú estás loca.
-- No sacaremos la prueba del piso. Haré analizar el contenido de esa copa. Ni se te ocurra sacar el champagne del piso... te denunciaré...
--¡No estás en tu sano juicio! ¡Natalia, no me exasperes!...
--¿Qué es lo que harás si me exaspero? ¿pegarme? ¿seguir robando? ¿insistir en liquidarme?...¡Te aseguro que no lo lograrás!...
(Suena un estrepitoso timbre. Los dos están tensos. Se miran. Jacinto se dirige a la puerta. Abre)
--¡Paolo! ¡Berta!...¿Qué hacen ustedes aquí?
--¿No puedo venir a visitar a mis vecinos, Jacinto?
--¿Pero qué es lo que está haciendo aquí Berta?
--No se haga el tonto Jacinto, que le queda mal. Explíquele su presencia Berta... Vamos... no tenga miedo... estoy yo aquí para defenderla.
--Usted es un miserable, señor. ¡No tiene vergüenza! Casi destruye la vida de mi hermana, y también la de esta buena mujer... Señora, no ha sido necesario invocase mi nombre ni a mi hermana ni a este... señor... Me he enterado por ella que este tipo le hizo sacar dinero del Banco para prestárselos, y ni siquiera le ha devuelto un peso... Es usted un delincuente, un extorsionador, un vividor... hemos hecho la denuncia a la policía... de lo que usted le pidió a mi hermana ya hace mucho tiempo sin devolvérselo...No solo eso, lo denunció a usted ante la justicia, diciéndoles de que usted le había asegurado que envenenaría a su esposa para quedarse con sus bienes como único heredero que es...Un ladrón asesino, eso es usted... no merece estar en libertad...
(Berta mira a Natalia)
--Está usted muy pálida, señora... ¿le ha hecho algo?
--No Berta... no me ha hecho nada... ahora comprendo... solo quería convidarme con una copa de champagne envenenado...
--¡Natalia!
--¿Así que querías envenenarme para quedarte con mi fortuna una vez yo muerta? ¿ese es el amor que decías profesarme? ¿ ni por tus hijos ibas a tenerme piedad, dejándome con vida aunque sea para despedirme de ellos? Ni en sueño hubiese creído este desenlace... Ahora si quieres puedes sacar del piso lo que derramó esa copa rota.La tiré a propósito porque te ví echarle algo, sin saber qué era, pero me hiciste dudar, y la hice caer...Limpia el piso con tu lengua... Tendré de testigos a tu amante y a su hermana, Berta... me fuiste infiel, conservando yo mi pureza todos estos años, solo para tí...( Se ríe nerviosamente) ¿De qué sirve a veces la fidelidad cuando te ofrecen la felicidad y la haces a un lado, justamente por serle fiel a quien no se lo merece? Si antes, hace tiempo, me hubiese enterado de tu infidelidad, también yo hubiera encontrado la felicidad... la esquivé, la evadí, por serte fiel, pero en realidad nunca te mereciste todo lo que te otorgué. Has sido un ruin cobarde ladrón mentiroso asesino... Ahora pienso que siempre te importó mi dinero... que no fue por amor que te acercaste a mi vida... el dinero que en vida me dieron mis padres... para compartirlo con el hombre que amé, con vós... basura... Y de acuerdo a tu comportamiento, nunca lo mereciste...Quiero que te alejes para siempre de mi vida... tal vez todo te hubiese perdonado...que me hayas robado, que me hayas sido infiel, que me hayas mentido tu amor por interés... pero nunca te perdonaré que hayas intentado matarme... dejar a nuestros hijos sin mi presencia... sal de mi vista... no soporto verte... la justicia dará su veredicto, y recibirás lo que te mereces... la cárcel...
(Suena el timbre. Dos señores de la justicia vienen a buscar al dueño de casa. Ellos salen de ella con Jacinto y Berta. Paolo y Natalia quedan solos. Se abrazan entre sollozos de pena y felicidad, al mismo tiempo)
--Paolo...Paolo... sigue abrazándome, fuerte... muy fuerte... te amo... te amo tanto... mañana iremos a buscar a mis hijos...serán tuyos también... Les contaré la verdad de todo... y estoy segura que comprenderán...viviremos los cuatro juntos, y seremos felices...
--Sí Natalia. Seremos muy felices... mi vida... mi sueño hecho realidad... Al fin Dios me ha entregado el Angel que hace tiempo esperaba...también yo te amo... hasta mi último suspiro...
(TELÓN BAJA LENTAMENTE)
Todos los derechos reservados de su autor(Hugo Emilio Ocanto- 27/08/2012)
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