Tu boca,
que fue mi boca
comida de mis labios
dulzura de mieles
néctar de dioses
dejé secando
el aroma quedado.
Como uva
prendida en alambres
abandona su piel
para arrugar
en silencio
y conservar su dulzor
Tus labios
que jugaron con los míos
en tardes, noches
y salvajes madrugadas,
húmedos, únicos, bellos
recuerda mi memoria
la sonrisas perfecta
que hoy volví a mirar.