Esta es una historia que me contaron, eran las una y media de la madrugada-Levantó la vista no sabía lo que ocurría, cuando estaba así , se acostaba y miraba las estrellas fluorescentes del cuarto de su hijo que había colocado en el cielo raso. Esa noche la pasaba, con su padre. Un hombre muy querible y confiable del cual se había enamorado ciegamente. Por eso cupido tiene los ojos vendados.
Así que a él y a ella, aparentemente le había, clavado su flecha, cuando se conocieron.
El devenir, las responsabilidades de criar un hijo, no era para ellos. Ella se comprometió con el rol.
El quizás por miedos, eran más sus ausencias...
Un día en la plaza, ella estaba con su madrina y el crío, el padre estaba en frente, trabajando.
La madrina cruzó, a decirle, que estuviera un ratito con ellos, a lo que él respondió, -cuando sea más grande- . Y así fue.