Encontré que me está fallando la memoria
alguna avería que provoca tu sonrisa notoria,
y no es que prefiera guardar en un baúl viejo
mis angustias y mis mares amarrados al cielo,
pero todo aquello sazonado con limón
que con ansias intenta desviar mi timón,
se desvanece con tu presencia
en esta bella coincidencia.
Sin embargo, el olfato no me falla
y a lo lejos percibo la maldita llama,
esa que desea incendiar todo a su paso,
dejarnos al borde de un colapso
sin dejarnos mirar nuestro ocaso.
Pero no intento ni siquiera engañarme
que los métodos no han servido para no ilusionarme,
para qué renegar, para qué preguntar
si bien yo sé que es lo mío y debo callar,
lo único mío son tus versos
aunque también quisiera tus besos,
y a la luna le reclamo su ausencia y la tuya
y tan solo responde que ya no soy suya,
que entre tus dominios me he perdido
que todo lo mío te lo cedido,
mas se burla de mí,
porque otra es tu dueña,
mientras yo tan solo soy una sabuesa.