Quiso ahogar sus penas
bajo la lluvia fría
derramando en ella
su triste agonía.
.
Presa de un gran dolor
y triste desesperanza
en la lluvia se bañó
para empapar su alma.
.
Pensó de manera extraña
al sentir la lluvia torrencial
que el dolor de sus entrañas
ya no le haría mal.
.
Morir bajo la lluvia vespertina
era su única intención
y bajo sus gotas cristalinas
fallecer junto al dolor.
.
El aguacero caía muy fuerte
y dijo con sus gotas cristalinas:
Yo no sirvo para dar muerte
porque yo lo que doy es vida.
.
Y así bajo la lluvia torrencial
ella comprendió el mensaje
que aquellas gotas de cristal
le dieran aquella tarde.
.
Por eso bajo las aguas
recuperó su alegría
y pintó de amor su alma
mientras la lluvia caía.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela.