La pala
no se iguala
al pico,
aunque sea chico.
La pala
no es mala,
es buena
sacando arena.
El pico
de Federico
hizo un hueco
en el suelo seco.
La pala
cala
en cierta ocasión
con el barretón.
El palo
de la pala
es de Lalo,
no de Lala.
La pala
sin el palo,
es de Lala,
no de Lalo.
El pico
agujereó el piso,
Federico lo usó
pero ya terminó.
Las paladas
las dió Lalo
y sus manos cansadas
ya tienen callos.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela.