Ante tus ojos amigo, se estremece mi alma que quiere decirte con palabras, lo que mi corazón siente.
Cada una de ellas espera llegar a tu misterio y romper el silencio que nos separa, para transformarlo en mùsica, en energìa positiva que alumbre la nebulosa que pueda anonadar la esperanza por un arcano indomable, que a veces nos encierra y nos calla.
Querido amigo, estamos cerrando un ciclo de vida, donde compartir me ha llenado de riquezas. Estoy pletòrica y quiero decírtelo ya; soy una persona feliz de haber compartido contigo, horas en que bastaron el aroma de una flor, la alegrìa de un amor, el aleteo de un recuerdo o las làgrimas de un dolor; para colmar a mi espìritu con horas emotivas que valen màs que todo el oro de la tierra, reunido en la palma de la mano.
Aprecio el valor incalculable de esas horas gràvidas de belleza,
de palabras cariñosas que me tocaron al pasar, esas làgrimas de pètalos sobre un poema que deshoja melancòlico en un mortal suspiro de ilusiones, sin egoìsmos ni agonìas.
Esta misiva solo pretende poner mi cariño en ti, y si consigo animar en tu pecho el vuelo de nobles sentimientos y elevar
en un remonte de primavera, las àguilas de los pensamientos puros, con ideales sinceros, habrè cumplido el designio con que mi corazòn lo sintiò en las horas de emociones y de ensueños.
¡FELICES FIESTAS PARA TODOS!