No sé si sea correcto
pero yo aprendí su nombre
y conozco su edad.
No lo he preguntado,
ni me lo contó un amigo.
Digamos que hice un esfuerzo
y escabullí, entre las sombras,
una luz curiosa.
Esa luz aparto de la oscuridad
su nombre, su edad,
sus gustos y sus quehaceres.
Yo no sé si sea correcto
conocerla así sin haberla conocido antes.
Mas, ¿qué puedo hacer ahora?.
No es posible desaprender
lo que tanta emoción provoca.
Y usted, ese ser suyo
que sin esfuerzos, sin intenciones,
ha logrado mover esta máquina estática,
este engranaje humano, hasta hoy inerte,
se queda en mi vida
como marca de hierro al fuego:
permanente, terminante.
Por éso no sé si sea correcto
que aun sin conocerla
me sea tan importante.