Amada, marcha por favor de prisa
no vayas a mirar atrás doncella..
mi humanidad es una cruel centella
sólo te ofrendo mi dolor de aisa.
Al horizonte lleva mi tristeza
que se apagó de sus oscuros fuegos
y, marcha ¡ya! en andares muy labriegos,
muero de prisa en tiempos y vileza.
No vayas a volver llorando un traje
¡no!, el corazón engendra un celaje
amarillento, en mi alma de amapola.
Amiga basta, el cielo te ha mirado
con ojos nuevos y llorando un prado
jamás regreses id, camina sola.
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John Morales Arriola.