Marc Tellez Gonzalez

25 de Diciembre.

 

 

 

Nace la religión a la espera del mesías.

 

Tierra santa es tu cobija, mundo perdido sin esperanza te recibe, perdido por la farsa e ignorancia de la distorsionada fe del hombre.

 

Nace la leyenda, mito sagrado Jesús de Nazáret ha llegado.

 

Salvación de la ignorancia, salvación de los inciertos.

 

¡Oh gran hombre de Dios!

 

¡Oh gran hombre de salvación¡

 

Tu misión muy clara fundada por el amor, amor al prójimo, amor extraviado por el libertinaje de los seres perdidos

 

Que gran enseñanza nos haz dejado, que ningún otro hombre es capaz de repetir.

 

Después de miles de años predicamos tus palabras, predicamos tanto amor en tu enseñanza, amor que muchas veces falsamente dedicamos.

 

Señor fuiste tu quien con tu sangre bañaste a cada humano que hoy existe.

 

Hoy me doy cuenta que pocos amamos en tu extensión.

 

Tristemente predicamos tu palabra si ni siquiera saber que es perdonar en la extensión completa de esta palabra.

 

Hoy 25 de diciembre celebramos tu nacimiento, hoy 25 de diciembre dedicamos tanto amor a nuestro prójimo más cercano, echando al olvido a los demás que aún no siendo parte de la familia existen para ti amado señor.

 

Veo a mi al rededor, tantas rostros apresurados por el compromiso de tu fecha.

 

Y en esos rostros más que alegría veo desesperación por cumplir el compromiso.

 

Me pregunto amado Jesús.

 

¿Por qué el celebrar tu bendita fecha se vuelve un acto egoísta?

 

Si puede ser más sencillo.

 

Caminando por la calles nadie sonríe, he recibido empujones y miradas de odio, dime padre mío. ¿que pasa?

 

Si en tu palabra nos dices, ama a tu semejante como sí fueras tu mismo.

 

¡Eso no es amor!

 

Tú diste tu vida por todos y todos dan su vida por unos cuantos.

 

¡Que triste hoy me siento!

 

Hoy entiendo que también existe la reflexión.

 

No sólo es celebrarte, pienso en tu significado de profundo pensamiento.

 

Claramente me queda que somos individúalistas, existiendo tanta hambre del pobre, hombre de amor, hambre de comida, hambre de comprensión y calor humano.

 

Y alcanzo a comprender que la pobreza es tarea de todos.

 

Sé que un sólo hombre no significa nada ni mucho, pero tú amado señor, haz dejado demostrado que un sólo hombre hace la diferencia.

 

Y hoy veo que ni muchos hombres logramos esa diferencia.

 

¿Qué pasara con la esperanza?

 

¿Qué pasara con la humanidad?

 

Si en esta vida caemos nuevamente en distorsiones del significado del amor.

 

Amor que se pierde a cada instante, porque su extensión del amor es más grande de lo que hoy podemos dar como seres humanos.

 

Amor, que enorme miedo me da que dejes de ser tal igual como Jesús nos lo entrego.

 

Señor ten piedad de nosotros.

 

 

 


Marc Téllez González