Que un año se va... que otro comienza...
Y todos van y vienen con apuro...
como si en los últimos minutos del año se pudiera hacer lo que no se hizo durante trescientos sesenta y cuatro días y unas cuantas horas.
Todos corren, todos se arrepienten de lo que hicieron mal y de lo que no hicieron.
Y surgen a montones cadenas y conjuros, amuletos, hechizos, como si la solución a todos los problemas se fuera a dar mágicamente al comenzar otro año.
Es un momento de hacer balance, para algunos. Es un momento de hacer promesas, para otros...
O para respirar hondo y comenzar de nuevo
O para mirar hacia atrás y comprender que el tiempo es inexorable.
Pero yo, me pregunto por qué. Por qué no hacemos un balance diario...
por qué no miramos día a día para atrás...
por qué no examinamos día a día lo que hicimos mal y respiramos hondo para encontrar la fuerza y comenzar de nuevo.
Por qué no nos arrepentimos día a día y aprendemos a pedir perdón.
Por que no damos ese abrazo que tenemos pendiente.
Por que no decimos \"te quiero\" cuando lo sentimos.
Por qué no damos ese beso que estamos guardando para otra ocasión.
Por qué no decimos lo que nos pasa y que otros no adivinan.
Por qué no comprendemos que la magia está en nosotros.
Que no hay mejor amuleto que el poder del alma.
Que estamos hechos de energía y que debemos aprender a utilizarla.
No van a cambiar las cosas en el primer minuto del siguiente año...
Es más...pueden que no cambien nunca si nosotros no cambiamos.
Las cosas que nos molestan... van a seguir molestándonos.
Y los minutos, los días y los años seguirán pasando.
Un año se va y otro comienza...
Y yo deseo hoy y cada día ser capaz de encontrar la magia que habita en mi corazón.
Por que se que dentro mío está la fuerza, la voluntad, la decisión, la valentía.
Por que se que sólo tengo que buscar cuánto necesito en mi interior.
Porque yo puedo lograr lo que quiero.
Porque yo puedo alejar lo que no quiero.
Y no voy a esperar el último minuto del año que se va...
¡VOY A EMPEZAR YA!!!